Hogar



En los fríos reinos del hielo eterno y los silenciosos montes nevados, el helado viento, sin forma alguna, se movía sobre la superficie de los valles escarchados y los lagos, aullando cual lobo y deslizándose cual torrente. Buscando un lugar placentero y acogedor bajo la luna, descubrió algo nunca visto por sus ojos, una figura extraña, derecha, sobre una colina. 

Las sensaciones, en ese momento, fueron comparables al trueno, partiendo su alma al estallar, o a la suave hierba verde, en la que tanto deseaba pasearse. Temeroso, rodeó a ese cuerpo vivo de cerca, pero sin tocarlo. Otros vientos le habían hablado de cosas similares, pero él nunca lo había visto así. No se atrevía a acercarse, pero no quería alejarse. 

El viento suspiraba y suspiraba. Aullaba y aullaba. De pronto, el viento, tentado por su mismísima debilidad, decidió descubrir que era eso que sus ojos veían. Batió su pelo, el cual ondeó como las olas de un lago perfumado, acarició sus pequeños ojos, los cuales desprendieron una lágrima con la que el viento temió haberle dañado, y rozó su piel, la cual se erizó a causa del frio que la tocó. Ella, tan firme, tan valiente, tan frágil, cerró los ojos e inhaló el viento asombrado. Este, en el interior de sus pulmones, se fue al lugar donde habitan los sentimientos del alma. Donde se venden emociones y se susurran sueños. Escudriñando entre ellos, descubrió archivados alegrías y pesares, amores y odios, luces y tinieblas. El viento deseó perderse en ese laberinto, y al hacerlo halló la bondad, la compasión, la sencillez y la sinceridad, entre un jardín de maravillosas cualidades. Algo nuevo y maravilloso acababa de descubrir, un hogar cálido en ese mundo helado. Al fin, el viento supo que no podría estar ahí eternamente, como lo hubiese deseado tanto y tanto… así que con gran pesar, fue expulsado de ella. 

Mientras tanto, se desvanecía en el olvido, sin dejar de mirar atrás, recordando cada belleza encontrada y lloró, lloró amargamente al saber que debía afrontar otro destino, pero sin apartar sus ojos. De pronto, ese ser, ese mismísimo ser, el ser que lo había acogido en sus pulmones y del cual no deseaba salir, volvió a inspirar.

6 comentarios:

  1. Me encanta esta mezcla épica y lírica.
    ¡Sigue así!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Merci, Mark. Cabe señalar que tu blog también es un buen sitio para visitar e inspirarse ;P

      Eliminar
    2. Esran molt be tots els dibuixos, he visitat alguna pagina de les que poses i deunido, ja en tens una bona col.lecció👍👌

      Eliminar