Anclado al vacío




Y al fin, descubro la oscuridad. Escudriño entre las tinieblas de las cuales nací, y hallo la tranquilidad de la cual soy merecedor. El silencio me ensordece, el estruendo del vacío me quiebra. Intento moverme pero mis manos están atadas. Intento levantarme, pero mis piernas solamente responden ante la quietud. 


¿Es un sueño? Debo despertar...

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